Y en mi delirio arrastraré todas las cosas buenas
Hasta fundirlas en papel y hacer que den la vuelta.
Dilucidar que es importante
lo que mi furia considera indispensable.
Era el momento de las cosas secas, de la espiga en el ojo y el gato laminado, del óxido de hierro de los grandes puentes y el definitivo silencio del corcho