lunes, 19 de mayo de 2008

LAS BABAS DEL DIABLO



De repente me pregunto por qué tengo que contar esto, pero si uno empezara a preguntarse por qué hace todo lo que hace, si uno se preguntara solamente por qué acepta una invitación a cenar (ahora pasa una paloma, y me parece que un gorrión) o por qué cuando alguien nos ha contado un buen cuento, en seguida empieza como una cosquilla en el estómago y no se está tranquilo hasta entrar en la oficina de al lado y contar a su vez el cuento; recién entonces uno está bien, está contento y puede volverse a su trabajo. Que yo sepa nadie ha explicado esto, de manera que lo mejor es dejarse de pudores y contar, porque al fin y al cabo nadie se averguenza de respirar o de ponerse los zapatos; son cosas, que se hacen, y cuando pasa algo raro, cuando dentro del zapato encontramos una araña o al respirar se siente como un vidrio roto, entonces hay que contar lo que pasa, contarlo a los muchachos de la oficina o al médico. Ay, doctor, cada vez que respiro... Siempre contarlo, siempre quitarse esa cosquilla molesta del estómago
(...)
Pero si empiezo a hacer preguntas no contaré nada; mejor contar, quizá contar sea como una respuesta, por lo menos para alguno que lo lea

JULIO CORTÁZAR

viernes, 16 de mayo de 2008

LEMON SQUEEZE


Ahora,
es el momento de la fresa en la boca,del reloj en la mano,de apartar las ramas para contemplar el sol definitivo.

creo todo tan simple como morir.

Y las niñas que soy,las que se inmolaban en un lila roto,las mismas que me suplicaban al otro lado del espejo.Se ovillan en el rubor del vientre del horizonte.

Son pupilas alucinadas,son las ondas que provoca una moneda concreta que se lanzó al agua.

LOS PERROS,EL DESEO Y LA MUERTE

"Orvert Latuile reflexionó,se rascó el ombligo y reconoció,al olfatearse la uña,que merecía un baño;pero la comodidad de esa niebla cubriendo todas las cosas como el manto de Noé sobre Noé,o como la miseria sobre este pobre mundo,o como el velo de Tanit sobre Salambó,o como un gato sobre un violin,le hizo decidir que un baño era inútil.Además la niebla tenía un suave olor a melocotón tísico y debía matar las emanaciones personales.
Por otro lado,los sonidos sonaban bien,y los ruidos tomaban,envueltos en algodones,una curiosa resonancia,clara y blanca,como la voz de una soprano lírica cuyo paladar descalabrado por una infortunada caída sobre la chumacera de una carreta hubiera sido reemplazado por una prótesis en plata forjada.
Para empezar,Orvert barrió todos los problemas de su espíritu y dicidió actuar como si no pasara nada."

de "El amor es ciego" Boris Vian.